El premiado dramatugo argentino Luis Sáez (autor teatral) es el creador de esta obra (juguetearlterado) que retoma el final de la novela de Roberto Arlt: “Juguete rabioso”.

El autor re-escribe la causa del desenlace con una mirada diferente: el desamor que se manifiesta en envidia, basado en el dogma machista que imperó entre los compadritos de mediados de siglo XX y que tantas crueldades desató y sigue desatando: “Si no es mía, no será de nadie”. El objeto del deseo aparece simbolizado en el artefacto que supuestamente deberán construir y que una vez finalizado, fabricará dinero que les abrirá el camino para ascender social y económicamente. Pero para construirlo necesitaran dinero y para conseguirlo en forma inmediata planean un robo.

Jorge Taiana (El Rubio Silvio Drodman) y Omar Lopardo (El Rengo) se apropian de las personalidades y características de los personajes arlterianos, con la impronta de la cultura barrial de las primeras décadas del 1900, significando a una determinada realidad social y a sus valores. Presentan una visión romantizada y embellecida de la acción delictiva. El hurto, el engaño y el robo son partes de la génesis de la “viveza criolla”. La imagen del folletín francés del ladrón “de guante blanco” Rocambole es idealizada por El Rubio y es un punto de partida para diferenciarse del Rengo, que lo llamara un “desclasado”. Definición que describe al Rubio como modelo estereotipado de quien pretende ser de una clase social adinerada y no ha podido salir de su situación de miseria. El robo se presenta como el medio para salir de la pobreza rápidamente.

La dirección y puesta de Fernando Alegre logra el enmarque ideal para estos personajes. Trae a escena los vapores y la niebla que envuelven a los antihéroes como si se tratara de una pintura impresionista. El recurso del sonido metálico de la férula del Rengo y los ruidos mecánicos de fondo, crean un clima narrativo que resulta liminal entre lo real y lo fantástico. La escenografía es minimalista, pero con los suaves deslizamientos del mobiliario que hacen los mismos actores la convierten en otros elementos, logrando el objetivo de la multifuncionalidad y la sorpresa para los espectadores.

La planificación del robo tiene sentido diferente para cada personaje. Alegre logra superponer en el escenario dos espacialidades distintas en forma simultánea, la iluminación concreta la magia y el resultado es excelente. Una obra que en su final abre un montón de interrogantes.
Se presentan todos los lunes a las 20hs. En el Teatro del Pueblo. Lavalle 3636-CABA.
Prensa: Javier Moreira