“La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus” (Síntesis de una hipótesis sobre la antítesis de una tesis)

La dramaturgia y actuación son de Diego Carreño, basada en los posteos ludo
lingüísticos de Gabriel Wolf, director de la obra y a quien todos relacionamos
enseguida con el grupo humorístico Los Macocos.

En la obra podemos identificar dos ejes, en el cual se desarrolla el drama y el humor. El
género humorístico, el que se percibe en primer lugar, tiene como soporte el signo
lingüístico, esa relación saussureana entre el significado (un concepto) y el significante
(una imagen acústica), que van edificando una construcción discursiva llena de figuras
y preguntas retóricas, provocando el resonar de las carcajadas del público en la sala de
El camarín de las musas (Mario Bravo 960) los viernes a las 22hs.

Detrás de cada juego de palabras que conforman el chiste breve, donde el sentido
cambia según la expresividad, dando como resultado lo reidero con el aporte de la
complicidad de los espectadores, allí el drama está agazapado,

La configuración de realidades alternativas que construye el personaje, basadas en la
ilusión y en su sobrevaloración que contrasta con el vínculo real con sus progenitores,
dispara interrogantes que quedan boyando en el mar de risas de los espectadores. Hay
un padecimiento que no cesa, que se esconde detrás de lo cómico, y que se
entremezcla con una tristeza patológica y un enojo-odio filial cuyo apego es del tipo
evitativo/desorganizado (según la teoría de John Bowlby).

¿Será por eso que no confía en nadie, ni siquiera en su admirado e inspirador creador de la teoría sobre El virus del
lenguaje?
Es la segunda temporada que este equipo hace reír y pensar a quienes van a verla.
La lengua es un músculo, pero el lenguaje es un virus, de Diego Carreño y Gabriel
Wolf. Dirigida por Gabriel Wolf. Con Diego Carreño.

En EL CAMARÍN DE LAS MUSAS,
Mario Bravo 960. Funciones: viernes 22:00 hs .
Prensa: Natalia Bocca