Entrar a la coqueta sala Osvaldo Pugliese del Centro Cultural de la Cooperación y observar el escenario con solo dos sillas, se pregunta si eso solo será suficiente para comprender la obra, para desarrollarla.
Las luces se apagan y aparece la inmensa figura de Jorge Lorenzo .

El manejo de los estados de ánimo, casi una materia común en las diferentes autorías de Pavlovsky, no faltó en esta obra.

Allí juegan la formalidad y la violencia, el ocultamiento y la verdad, resulta un pendular constante de emociones encontradas. Y Lorenzo administra esos vaivenes de manera excepcional.

Un espectáculo fuerte, empático al principio y con un duro final. ¡Imperdible!

Felicitaciones a Jorge Lorenzo ya Christian Forteza en la dirección.
En el Centro Cultural de la Cooperación, los sábados a las 19hs.

Gracias Natalia Bocca por permitirnos disfrutarla!