Todos sabemos (tengamos hijos o no) que la crianza de un ser es la tarea más complicada que debemos afrontar en la elección de educar a los infantes. Miles de libros, documentales y horas de intercambio de información no terminan nunca de diseñar un patrón modelo a seguir.

PROYECTO CRIANZA” abre interrogantes sobre este tema, por ejemplo: ¿La forma de crianza tiene que ver con el contexto cultural? ¿Qué sucedería si los mensajes que le damos a los niños para su comportamiento social no coincidieran con el canon que rige la conducta humana occidental?

La propuesta escénica se vuelve aún más atractiva por la forma estética de la puesta. Matías Corradino y Priscila Lombardo logran una performance, donde el cruce de lenguajes de las artes escénicas, y las de movimiento buscan en la corporeidad de los actores el dispositivo para desarrollar el mensaje. No hay música, pero la danza, con coreografía contemporánea, se desarrolla a partir de sonidos, palabras e incluso el llanto.

El espacio escénico explota y potencia las restricciones de la sala. Utiliza el concepto del público rodeando a la obra, pero, para preservar la idea de que se está observando un laboratorio, pantallas casi transparentes limitan el área de representación.

Dos detalles que ambientan y contextualizan: por un lado, la realización de los tres flyers de difusión tienen como leitmotiv la elección de una pintura con la temática del amor filial, están intervenidas con pequeñas notas que abren más cuestiones. Elegí la que tiene una obra de la artista impresionista Mary Cassat, de la serie “Primera cuna del bebé” (1891). Por otro, los que llegamos temprano pudimos disfrutar de la sala de juegos. Con baleros, palo borracho o probar puntería con el basket de cabeza, inmediatamente conectamos con las infancias, que por suerte nunca nos abandonan.

Un ofrecimiento diferente del Teatro Brío que abre sus puertas a la creatividad y a la experimentación. Todos los domingos a las 20hs.