El fotógrafo Francisco Jarrín, oriundo de Ecuador, es reconocido y premiado en Latinoamérica. Presenta su trabajo “Advenimiento” en Roseti Espacio Cultural.

La exhibición se reinauguró el pasado sábado 3 de septiembre y estará durante todo el mes para quienes quieran visitarla.

La muestra está ideada en la serie de fotografías registradas en el ámbito de lo doméstico, de lo privado e íntimo, como lo es el lugar donde habitamos. Allí, donde caen las posturas y las actitudes que adoptamos para el exterior, emerge lo que realmente somos. Las piezas fotográficas expuestas tematizan el Advenimiento del empoderamiento de la mujer. La reconoce como el pilar que sostiene, contiene y protege.

El artista logra causar a los espectadores una intensa impresión emocional con su obra, o como expresaba Roland Barthes impacta con el “punctum”, ese puntazo o flechazo que ocurre cuando un detalle de la imagen nos afecta, donde la obra sale de la escena como un “pinchazo” que moviliza al observador. Y esta colección interpela y disrumpe al sistema hegemónico patriarcal.

Jarrín trabaja con la posibilidad de los cuerpos como superficies expresivas y los utiliza como motivos para plasmar el tema central. Siguiendo lo expresado por Barthes, utiliza tres herramientas de la connotación (el significado que no es directo, pero si asociado) Pone en juego la fotogenia, que es el embellecimiento fotográfico logrado por medio del tratamiento técnico de la iluminación. El esteticismo, que se basa en la composición. Y la sintaxis al crear las piezas seriadas, dando mayor sentido a la temática de su trabajo.

El espacio cultural Roseti es el emplazamiento ideal para la muestra. En la planta baja se encuentra el dispositivo expositivo, una sala ambientada con música incidental que promueve la observación individual, en el marco de la actividad pública que propone la galería. Una salita colindante, con un sillón y otras piezas fotográficas del artista, invita a una charla de intercambio de opiniones. Junto a la escalera que lleva al primer piso, se encuentra la barra del bar, cuya oferta cubre todos los gustos. Al llegar a la terraza, nos encontramos con mesas y sillas, luz tenue y una banda tocando en vivo, como preámbulo de los poemas que se leerán bajo las estrellas en estas noches cálidas que septiembre nos brinda.